¿Crecen los impagos en tu empresa? Lamentablemente, es una situación que tiene una salida complicada. Repasamos los distintos pasos que debes dar para intentar renegociar las deudas y reclamar a un moroso, sin poner en peligro la imagen de tu negocio. Antes de llegar a las acciones judiciales, existen varios sistemas que puedes poner en práctica.
Investiga a tus clientes
Existen servicios online que permiten acceder a las cuentas anuales o al historial de morosidad de cualquier empresa, a cambio de una pequeña cuota. También puedes acudir al Registro Mercantil, o investigar a la empresa o al cliente en Internet.
Cobra por adelantado
La mejor vacuna contra los impagos es cobrar por adelantado, al menos una parte del pedido. Debería ser tu política habitual en el caso de los nuevos clientes, o de las empresas que no te ofrezcan suficientes garantías.
Exige garantías de pago
Existen diversos instrumentos de pago garantizados de uso habitual en las empresas, como las letras de cambio o las remesas documentarias. Generan costes bancarios, pero a partir de cierta cantidad de dinero vale la pena asegurarse.
Establece la fecha de pago
Si no hay más remedio que el cobro aplazado, asegúrate de que el cliente conoce y acepta el plazo máximo de pago que establece la política de tu empresa. Procura también que la factura se emita correctamente en la fecha indicada.
Conserva un registro escrito
Aunque el trato se cierre de forma verbal o por teléfono, luego envía un contrato o presupuesto, o al menos un correo electrónico resumiendo las condiciones acordadas, y pide al cliente que te mande su conformidad por escrito.
Averigua enseguida qué pasa
Si un cliente no paga, llámale o visítale enseguida para averiguar qué sucede. El primer contacto debe ser educado y comprensivo, pero dejando bien claro que quieres saber cuándo se abonará la factura pendiente.
Documenta todo el proceso
Desde el principio, es mejor que todo el proceso de reclamación vaya por escrito, empezando con e-mails o cartas ordinarias y terminando con cartas certificadas o un burofax, para que quede constancia documental.
Aumenta la presión
Empieza de forma cordial y ve endureciendo tus comunicados si el cliente no responde, o no te da una solución satisfactoria. Eso sí: en ningún caso puedes amenazarle o coaccionarle.
Envía un ultimátum
Transcurridos tres meses, si el tema no se ha resuelto, manda un ultimátum por burofax al cliente advirtiéndole que, si no paga, iniciarás acciones judiciales y le reclamarás intereses de demora y costas. Dale una semana para pagar.
Renegocia el pago
En algunos casos, como las empresas que sufren problemas financieros o los grandes pedidos que te pueden asfixiar, resulta más provechoso negociar un pago a plazos, o incluso un gran descuento, que iniciar un procedimiento judicial.
Contrata a un cobrador
Valora la posibilidad de encargar el cobro a una empresa especializada. Las más profesionales ofrecen bastantes garantías y cobran una comisión del 30% sólo si cobran, pero ve con mucho cuidado: hay verdaderos mafiosos en este negocio.
Inicia acciones legales
Los juicios monitorios permiten reclamar hasta 30.000 € sin necesidad de abogado o procurador, y se resuelven bastante rápido. Pero ten en cuenta que, si el deudor presenta un recurso, deberás personarte en el juicio en su jurisdicción.
Si la deuda está reflejada en una letra de cambio, cheque o pagaré, puedes solicitar un juicio cambiario, que se resuelve en menos de un mes.
En cualquier otro caso, o si el acreedor se opone a la deuda que reclamas, no te quedará más remedio que tramitar el impago mediante un juicio ordinario, con abogado y procurador, que es bastante lento y caro. ¡Suerte!
http://www.venmas.com/venmas/boletin/colaboraciones/guerra_a_los_morosos