Sin dudas, desde hace algunos años a esta parte, los emprendimientos son la “vedette” de los negocios actuales. Tendencia que, seguramente, se ve influenciada por la posibilidad de trabajar en un mundo globalizado –donde las fronteras son cada vez menos-, con mayor facilidad de acceso a la tecnología –lo que permite una mayor grado de competencia y asignación de recursos, como puede ser el caso de India.
Estas condiciones llevan a que el número de emprendedores esté creciendo sustancialmente año tras año –fundamentalmente en los países en vías de desarrollo como Perú o Argentina.
¿Pero todos los emprendimientos son exitosos? Evidentemente NO. Diversas estadísticas así lo muestran, solo el 30 % de los emprendimientos supera el segundo año de vida. Por eso cabe trabajar sobre la difícil tarea de emprender (y perdurar en el tiempo).
Emprender es una tarea difícil, pero a la vez, motivante. Motivante porque implica el desafío de llevar a la práctica un proyecto propio desde sus principios hasta el fin.
Para el emprendedor, “su” proyecto implica, entre otras cosas: desafío, empuje, ambición, confianza y autenticidad. Pero para que estas virtudes personales sean capitalizadas, es necesario adicionarle ciertas cuestiones de negocios elementales, habitualmente “obviadas” al momento de llevar a la práctica el proyecto, como ser: Definir una visión de largo plazo del negocio, tener una planificación estratégica (complementando estrategias alternativas –es decir, previendo el que pasa si no sale…) y una planificación económico-financiera; saber cuánto puedo llegar a ganar, pero también no olvidarse de cuánto puedo llegar a perder si esto sale mal. A su vez, no hay que olvidarse de las cuestiones burocráticas: Afip, habilitaciones municipales, sindicatos, trámites jurídico-contables, entre otros. Cuestiones que, como la mayoría de uds. habrá vivido en carne propia, no son menores.
A partir de esto sugiero, estimado lector, como para evitar el fracaso de su emprendimiento por cuestiones propias, tenga en cuenta las premisas que hemos esbozado. Porque más allá de que algunos dicen que el éxito de un emprendimiento “Es cuestión de suerte…”, prefiero que juntos seamos adherentes a la postura de que “…a la suerte hay que ayudarla”.