El cliente nos llama y nos plantea un problema... que no es nuestro. Necesita un producto o servicio que quiere que le ofertemos pero nos limita opciones por que parte de la compra esta ya realizada. Estos hechos se suelen dar en ambientes industriales, mantenimientos, primeros equipos o mercado de componentes.
Pongamos un ejemplo absolutamente inventado, el cliente quiere una camión cuba para transportar un producto peligroso, nosotros somos comerciales de cubas y cuando nos llama, resulta que el ya ha comprado la cuba, el camión, lo ha matriculado y lo que necesita es una válvula, una pieza que controle el producto, unos cierres especiales, en cualquier caso una característica técnica, algo de coste menor pero absolutamente necesario para el.
La situación es compleja, ¿por que no nos pidió oferta para el camión entero?, ¿Por que no recurre a quien le ha vendido el camión?
En estos casos suele ocurrir que nuestro producto, si bien es lo que quiere, es técnica o mecánicamente incompatible con lo que el cliente quiere, nos insisten “a ver que se puede hacer”, “mira a ver que posibilidades hay” o la consabida frase “míratelo y me dices algo”. ¿Tenemos todos claro que nos hemos metido en un charco del cual vamos a salir manchados?