miércoles, 17 de diciembre de 2008

Lecciones del ejército romano para enfrentar la crisis

Todos dicen se viene una crisis temible. Sin embargo, por el momento, no sabemos exactamente cómo será. En muchas organizaciones, se vive el ambiente de tensa calma previo a una batalla. Así, ya que estamos a punto de entrar en combate, podríamos aprender algunas lecciones de las centurias romanas...

Por Francisco Ingouville

Por ahora, la crisis financiera ha enviado sus señales pero no se ha presentado de cuerpo entero.

Si bien todavía no hemos visto la cara al enemigo, todos dicen que se acerca y que, tarde o temprano, entrará en contacto con nuestras filas, estrellando sus espadas contra nuestros escudos.

En muchas organizaciones, la situación actual es similar a la incierta calma que precede a una batalla.

Así, dado que existe la sensación de que pronto entraremos en combate, tal vez podamos aprender algunas lecciones de los mejores guerreros de la antigüedad: las centurias romanas.

La táctica de combate de los ejércitos romanos

La fortaleza de los ejércitos romanos radicaba en el funcionamiento del equipo, no del individuo.

Las centurias avanzaban cubiertas de escudos por frente, por los costados y por arriba: "mi escudo cubre tu cabeza, el tuyo cubre nuestros flancos y, el de él, cubre nuestros tórax". Literalmente, la unión hace la fuerza.

A los soldados de la primera fila se los rotaba en plena batalla para evitar el agotamiento y desgastar al adversario. Así, cuando se presentaba la oportunidad, los valientes pero desorganizados enemigos eran víctimas de certeros lanzazos y estocadas.

Para funcionar, la táctica exigía una aceitada coordinación y un estricto cumplimiento del deber de cada soldado. Un acto heroico individual podía romper las filas y desequilibrar al conjunto.

¿Qué podemos aprender de las centurias romanas?

1) Actuar con calma

Los romanos no improvisaban. Tanto los desplazamientos estratégicos de los ejércitos como las tácticas de combate eran fruto de una minuciosa planificación y una serena ejecución.

Un acto intempestivo puede desorganizar nuestra estrategia e incrementar nuestra vulnerabilidad ante la crisis. Sin embargo, no debemos confundir "actuar con calma" con "no actuar".

Piense con tiempo y actúe con la decisión y la serenidad que da un plan discutido a fondo. Eso transmitirá seguridad a todo el equipo y lo hará trabajar con la moral más alta en la ejecución.

2) Armonizar los intereses del individuo y la empresa

El ejército romano pretendía armonizar los intereses del soldado con los del grupo. El soldado cuidaba a la centuria y la centuria cuidaba al soldado.

En el caso empresarial, esto puede lograrse recurriendo a las enseñanzas de la negociación ganador-ganador. No vea una incompatibilidad entre los reclamos de unos y las necesidades de otros.

Hable primero de los objetivos compartidos. Intente pasar de posiciones a intereses y pensar juntos en opciones que satisfagan a todas las partes.

El factor crucial de éxito en cualquier negociación es una convicción compartida de que juntos alcanzaremos una solución

3) Establecer confianza a través de la comunicación

Los romanos eran grandes oradores y sus arengas eran, a veces, tan importantes como las armas.

En una organización, para que el equipo funcione, debemos recordar los valores y los códigos que le dan su espíritu.

Además de las conversaciones con los líderes, la empresa necesita practicar el diálogo horizontal, consensuar la visión de la realidad, de riesgos y oportunidades, y acordar estrategias para evitar los primeros y aprovechar los segundos.

En todo momento, es necesario recordar que el principal factor que genera actitudes competitivas en negociaciones es la falta de comunicación.

4) Cuidar al otro

Una persona puede trabajar mejor para el conjunto cuando los demás la cuidan y apoyan.

El soldado romano de la primera fila podía estar atento al momento en que su enemigo descuidara un punto vital, porque sabía que todo el equipo lo protegía.

En la práctica empresarial, la escucha, el feedback, la comprensión y el apoyo son vitales. El estrés viene más de la soledad, la frustración y la incertidumbre que del trabajo excesivo.

5) Liderazgo y la función del área de recursos humanos

En el ejército romano, el centurión era el responsable del desempeño de su centuria.

En la mayoría de las empresas, sin embargo, los directivos suelen ocuparse de los asuntos específicos de sus áreas.

Pero, ¿quién atiende cómo se coordinan los esfuerzos? ¿Quién vela por mantener alta la moral ante la adversidad? ¿Quién evita que, ante el miedo, se formen facciones, intrigas y cabildeos?

En primer lugar, el CEO y los líderes de áreas deben resistir la tentación natural de concentrar poder, muy común en las épocas complicadas.

En un contexto difícil deben apoyarse en el área de recursos humano, pidiendo consejos y estrategias.

Un asunto tratado en equipo y profesionalmente, con la debida planificación, da mejores resultados que una improvisación. A los romanos les sirvió para construir un imperio.

Francisco Ingouville
Mason Fellow Harvard University, Socio Fundador de Ingouville & Nelson, Consultoría y capacitación. Autor del libro Relaciones Creativas

http://www.materiabiz.com/mbz/economiayfinanzas/nota.vsp?nid=40168